Muy de ella

Su tristeza, muy de ella
es solícita cuando alegre va
y sonríe de a ratos frente al espejo.
Su cara inmutable, su mudez,
su callada cruz que se abalanza
sobre su espalda lacerada
por la rutina agobiante de los días.
Su eco mortal de luz apagada.
Su cuarto oscuro sin dedos sin manos.

Su tristeza, muy de ella
yace sobre lechos pantanosos con fango enquistado
en el estado de ánimo de su buena estrella.
Arrastra años de mares muertos,
de lágrimas que no encuentran cauce,
que no salen del curso del alma.

Su tristeza, muy de ella
es un grito agazapado
que ninguna oreja alcanza a ver.
Sus pasos apenas golpean la tierra
y sus lagos interiores tienen alambres,
cercas que ponen límites a sus remansos.

Su tristeza, muy de ella
es un hongo que crece a la sombra
de su habitación a media luz,
que se pega a sus huesos quebradizos,
a su ya débil voluntad de esbozar sonrisas.

Su tristeza, muy de ella
es solícita cuando alegre va
y apaga la vela que brilla
en sus ya escasos instantes de felicidad.

original de janos65

Comentarios

Virginia Betancourt ha dicho que…
"Su tristeza, muy de ella
es un grito agazapado
que ninguna oreja alcanza a ver..."

Las primeras ideas sugen desgajadas de la situación. Se intensifica y cierra con la carencia absoluta del estado de felicidad, que venía por "escasos instantes". Hay un mundo desespacializado. El tiempo habita y no deja lugar alguno para la propia negación.
Brillante...Saludos Janos65!
janos65 ha dicho que…
Hace tiempo debí haber dicho gracias... hoy, muy tarde aquí la escribo... Gracias a tu sincero comentario...

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