Lobo, lo fuiste

Mi mano bajando por la calle que una vez fuimos,
tocando el pasamano de seda de tus dedos,
deslizándome hacia la voz de tu llamado,
durmiendo como sombra bajo un árbol,
esperando tu señal; el lobo se ha ausentado,
entonces podíamos amarnos.

Pero la luna hace lo suyo y se posa desnuda
entre las pérfidas sombras del negro velo.
El feroz can de los bosques de granito aúlla con tristeza
¡De seguidas se transforma, se hace hombre, se enfurece!
y se presenta avasallador en el aposento lanzando dentelladas,
babosas infecciones, asquerosas palabras, rabiosas y celosas.
El rugido es mortal para los oídos de quienes lo escuchan;
mueren con los huesos rotos de tanto temblor cobarde,
de tanto miedo filtrado en el alma sin valor e incauta.

Mi mano bajando por el mantel de tu vientre,
y mi boca robando miel de tu vida.
Mi ojos recordando lo vivido
porque alguna vez ya te habrás ido.

Seremos pájaros, seremos alas, plumas extendidas
volando sobre firmamentos de sueños extraviados.
Seremos aves sin nidos ¡Sin corazones!
¡Tambores vacíos sin fuertes sonidos!
No habrá brazo ni voluntad que se abalance
con viril fuerza sobre el oscuro lobo de odio,
pero su castigo será vivir para convertirse en tapete
donde limpiaremos el pasado pegado a nuestros pies.

Lobo te transformarás en fábula maldita de mis letras,
de mis negros versos, sentencia dada por mi lengua.

¡Lobo! Sí, lo fuiste alguna vez. Lobo, siempre fuiste viejo, siempre pasa seca.
Has muerto en vida, ese es tu mal sabor, e allí tu merecido castigo.
Hoy eres alfombra sin brillante pelo, apenas un cuero liso, ya caducó el temor.
Tu maldición: el grillete de negro olvido, la mordida en el tobillo de tu niña.

original de janos65

Comentarios

Entradas populares