Ácidas limas de palabras

Estaba a la espera del ave que jamás se presentó,
que dejó en el nido una rama de mala hiedra
que aún crece y extiende sus blancas mentiras,
sus frutas de excusas y sus flores de ausencia.

Me quedé esperando para merendar manzanas,
morder cerezas y las ácidas limas de palabras.
Me senté en el porche a pelar la piel de una tarde,
apretar los poros de las nubes y saborear humedad de lluvia.

Recordé que tenía una cita, insatisfecha por la imprudencia
del pájaro de fuego que en pleno vuelo apagó sus alas
y antes de llegar a casa; aterrizó de muerte sobre mi barda.
Salpicó mi cara con un graznido de gotas secas y dolor.

Allí se quedó el ave, sangrando, como un juguete sin cuerda.
Con el pico partido en tres puntas de estrellas, largando hilos sin brillo,
y yo con las ganas de merendar las rojas manzanas.
comer jugosas cerezas y ácidas limas de palabras.

original de janos65

Comentarios

Entradas populares