Pianista

Un dum un dum un dum dum… suena mientras un triste pianista se gana la vida.

Un conjunto de trompetas llora la música del pianista, y voces en coro son lamentos rítmicos de la tristeza del artista que quiere ganarse la vida.

Un vaso de licor se condensa sobre la madera del piano, manchándolo una vez más. Son doscientas marcas y más, una sobre otra que juran ser testigos de cada bar, de cada camino, de tierras y polvaredas diferentes. De tantas decepciones juntas, de la ausencia de aplausos al esfuerzo de los dedos que golpean las teclas como una máquina de escribir, redactando la composición de vida derrotada.

Un dum dum dum dum dum, suena mil veces en la cabeza del pianista, no se rinde mientras acaricia su barba incipiente, duras espinas que crecen en las mejillas, y una vez más, retumba el ronco coro de ebrios que van adónde él va.

Botellas y vasos son las mujeres que el pianista lleva a su cama. No hay afecto, no hay besos, no hay paz ni dulce sueños. Sólo letras escritas, composiciones muertas de notas tuertas con tinta negra, desteñidas de tantos vasos derramados sobre el papel de los sueños estrujados.

Dum dum dum dum dumdumdum dum dum, se duerme el pianista, llora de muerte, no esperaba un premio, no quería un teatro, sólo esperaba del público infame, el que se sentaba en los malos bares, en las sillas de madera podrida, entre cucarachas y ratas, entre malas putas y bribones, entre roedores del alma… un aplauso.

original de Janos65

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