Juegos para niños 4

Tres niños de gorro amarillo juegan sobre el escenario de caico rojo, intenciones e imaginación sobre mil cuadros divididos, al fondo un clóset improvisado sirve de camerino, al otro extremo hay dos que conforman el trío de los cabeza amarilla, armando torres de babel con tacos de madera, y una música pegajosa invita al juego de circo cruela, ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP!

Cae un taco de color al suelo, suena sólido, es un balín, un granada de sabia muerta, un alcornoque de figura geométrica ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP!

El mayor, el que casi toca el techo del circo, se siente incómodo bajo la carpa de ese cielo, como fenómeno de tres metros pero no va más allá de un metro setenta y tres. Toma el taco del suelo, rojo como la ira del dueño del circo, y lo aprieta entre sus dedos. Entra el diablillo, redoble de tambores. Una voz que le azuza, se sienta en el lóbulo de su oreja y le susurra, - Haz tu acto de malabares y deja las cabezas huecas -, no se asusta, no se inquieta y comienza a trinar sus dedos y se ve asimismo con un traje de arlequín… ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP!
… comienza a reír maquiavélicamente y sus hermanos le miran incómodos, se asustan un poco al ver en los ojos de aquel incauto malabarista, dos cuernos encendidos y restos de cenizas.

¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP!
Comienzan a girar en el aire los tacos de madera: rojos, amarillos, verdes y azules, todos rápidamente hacen un arco iris hipnotizando a los gorros amarillos, olvidando los cuernos y el olor a ceniza. Las balas de madera comienzan a atravesar el estrecho espacio aéreo del camerino subterráneo y van a sacarle los sesos al más pequeño, salpicando de sangre fresca las manos de su hermano, un grito que de él no sale porque la mano del diablillo aprieta su garganta, no da aviso ni al león ni al dueño del circo, y otro taco de madera parte la nariz del estrangulado testigo. Más sangre derramada, sobre el suelo no se diferencia.

Se marcha el diablillo y sale de su trance el malabarista que ahora tiembla porque el verdadero diablo es el dueño del circo, y sabe que en algún momento atravesará el umbral del escenario del castigo… ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP!

original de Janos65

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