Juegos para niños 5
Conozcan al tercero de los gorros amarillos, el del medio, el paga patos de los mayores y el responsable por los actos de los menores. No es nada alto y es tan delgado como una varilla, ¡qué flaco!
Suena ya una melodía pegajosa, que invita al juego de circo cruela, ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
Comienza a girar un carrousel en la carpa de área verde, caballitos de papel suben y bajan, y música acompasada acompaña cada giro. Mira a su alrededor y en un hueco escarbado en la tierra hay cinco cachorritos.
Llega el diablillo vestido de angelito, y le aprieta el brazo al tercero de los gorros amarillos. Toma éste los cachorros, tiene los perritos, que apenas caminan, apenas ladran y los coloca a todos en un saco, más bien en una sábana blanca que se asoleaba en el tendedero.
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
Gira a gran velocidad el carrousel y en su mente abandonada brillan luces de colores. El cielo es una mancha. La grama verde no tiene esperanza, y el escenario tiene cerca de ladrillos.
Se abre el cerrojo de sus dedos, y del Carrousel salen despedidos los cinco cachorritos. Como grandes tomates rojos quedan estampados en las paredes de ladrillos, no hay tiempo para chillidos ni convulsiones de último reflejo de vida, sobre la pared queda un mensaje de muerte como rebelde grafitti.
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
Cae al suelo el niño, llora por lo que ha visto y el diablillo suelta su brazo largándose a través de la alcantarilla, el desagüe del patio, el receptor de lágrimas.
El pequeño ha entrado en autismo, en su mente sabe que del cuarto alto bajará el verdadero diablo, para sepultarle en la alcantarilla del patio por el sacrificio de cinco cachorritos, ha muerto el niño, se ha encerrado para siempre en el cuartito de su alma…¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!... ¡vaya circo!
original de Janos65
Suena ya una melodía pegajosa, que invita al juego de circo cruela, ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
Comienza a girar un carrousel en la carpa de área verde, caballitos de papel suben y bajan, y música acompasada acompaña cada giro. Mira a su alrededor y en un hueco escarbado en la tierra hay cinco cachorritos.
Llega el diablillo vestido de angelito, y le aprieta el brazo al tercero de los gorros amarillos. Toma éste los cachorros, tiene los perritos, que apenas caminan, apenas ladran y los coloca a todos en un saco, más bien en una sábana blanca que se asoleaba en el tendedero.
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
Gira a gran velocidad el carrousel y en su mente abandonada brillan luces de colores. El cielo es una mancha. La grama verde no tiene esperanza, y el escenario tiene cerca de ladrillos.
Se abre el cerrojo de sus dedos, y del Carrousel salen despedidos los cinco cachorritos. Como grandes tomates rojos quedan estampados en las paredes de ladrillos, no hay tiempo para chillidos ni convulsiones de último reflejo de vida, sobre la pared queda un mensaje de muerte como rebelde grafitti.
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!
Cae al suelo el niño, llora por lo que ha visto y el diablillo suelta su brazo largándose a través de la alcantarilla, el desagüe del patio, el receptor de lágrimas.
El pequeño ha entrado en autismo, en su mente sabe que del cuarto alto bajará el verdadero diablo, para sepultarle en la alcantarilla del patio por el sacrificio de cinco cachorritos, ha muerto el niño, se ha encerrado para siempre en el cuartito de su alma…¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa! ¡HOOP! ¡Hooppy!... ¡vaya circo!
original de Janos65
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