Juegos para niños 3
La linda rubia y el pequeñín ahora más crecidos, ella es casi de la altura de su madre, y el hermanito ha dejado de ser lactante desdentado, mide lo largo de un brazo y una música pegajosa invita al juego de circo cruela, ¡hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!
Hacen malabares con puntas filosas, ¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!...
… juegan a sacar punta de colores, pegatinas, y recortes peligrosos. Se encuentran en la sala subterránea, caico rojo dividido a mil cuadros. La carpa no se levanta, la tapa de ese cielo es muy baja, y allí ambos se sienten artistas haciendo piruetas en zancos, ¡qué gigantes!
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!...
Un humo de color envuelve el escenario de mil cuadritos rojos, y los ojos del niño tienen una capa negra de venganza. La rubia niña, blanca muy blanca se maquilla cual payaso, no advierte que en el cuarto ha entrado el diablillo y mueve con perversidad los hilos de su hermanito, es marioneta. Se levanta, se imagina el acto, está en la arena del circo y los llamados de su madre le parecen ovaciones de asistentes que pagaron la entrada para ver al lanzador de cuchillos. Se mira asimismo, vestido de brillante traje, un bigote de gitano fortachón le cuelga como un rabillo de monito capuchino, lanza un chillido, y su hermana azorada levanta su vestidito, su mirada y escupe un gritito. Su hermanito ha arrojado el cuchillo, más bien una tijera, cuchillo para él de doble filo, y se la ha clavado a su hermana en el muslo, en la parte trasera.
Ha llegado el león con su látigo de fuego, y entre un grito de emergencia, hace presencia el dueño del circo y de un golpe le rompe la nariz al niño…
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!... hay dos niños medio muertos en el piso del circo.
original de Janos65
Hacen malabares con puntas filosas, ¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!...
… juegan a sacar punta de colores, pegatinas, y recortes peligrosos. Se encuentran en la sala subterránea, caico rojo dividido a mil cuadros. La carpa no se levanta, la tapa de ese cielo es muy baja, y allí ambos se sienten artistas haciendo piruetas en zancos, ¡qué gigantes!
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!...
Un humo de color envuelve el escenario de mil cuadritos rojos, y los ojos del niño tienen una capa negra de venganza. La rubia niña, blanca muy blanca se maquilla cual payaso, no advierte que en el cuarto ha entrado el diablillo y mueve con perversidad los hilos de su hermanito, es marioneta. Se levanta, se imagina el acto, está en la arena del circo y los llamados de su madre le parecen ovaciones de asistentes que pagaron la entrada para ver al lanzador de cuchillos. Se mira asimismo, vestido de brillante traje, un bigote de gitano fortachón le cuelga como un rabillo de monito capuchino, lanza un chillido, y su hermana azorada levanta su vestidito, su mirada y escupe un gritito. Su hermanito ha arrojado el cuchillo, más bien una tijera, cuchillo para él de doble filo, y se la ha clavado a su hermana en el muslo, en la parte trasera.
Ha llegado el león con su látigo de fuego, y entre un grito de emergencia, hace presencia el dueño del circo y de un golpe le rompe la nariz al niño…
¡Hip!, ¡hop! ¡hip! ¡hoopa!... hay dos niños medio muertos en el piso del circo.
original de Janos65
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