Bestias del corazón
Mi mundo se
mueve a la velocidad de tus pies
Si tú te
detienes mi cabeza colapsa
Mi otra cara,
la que nunca sabes ver, es de un intenso blanco y negro
Mientras que
el frente de mi Universo, la fachada que debe ser, es full color
Pero siempre
me escondo en la fría cara de la soledad
Juego con un
spot de luz solo para mi
En el aire
flotan las partículas de polvo que se han de juntar
para formar
esa cara que se extravió en el tiempo
Faz que el
tiempo hizo envejecer, vil artilugio de los Dioses
Se atrevieron
a borrar lo hermoso de tus facciones
Hicieron caer
estrellas de lágrimas sobre aquella blanca piel
y sembraron
para siempre pecas como cruces que se han de cargar
No reces, yo
lo haré por ti, siempre en mi corazón hay un salmo
que recita
con pasión las oraciones de protección
Mientras, yo
sigo oculto en la cara fría de la soledad
Una bestia
se mueve entre los árboles gigantescos del bosque
En éste no
debes entrar, porque en mi corazón hay otra bestia
que espera
salir para defender lo que antes no supe hacer
Sé que en la
muerte tomaré la victoria que en vida se me negó
Sé que en la
muerte vengaré las ofensas que en vida se me encajaron en el corazón
He visto bestias
cerrando almas, clausurando relaciones
Declarándose
dictadores de los amores
¿Y por qué?
¿ Por qué
los dioses envían semejantes destructores?
¿Por qué no
envían valientes defensores?
¿Por qué no
dejan caer fuertes espadas de acero?
¿Por qué no
incineran al miedo con poderosos truenos?
¿Por qué los
buenos corazones se siembran en terrenos cenagosos?
¿Por qué los
malos corazones crecen fuertes y poderosos?
¿Por qué los
bondadosos caen ante despiadados invasores?
¿Por qué
puede más el hombre vil, si apenas es uno contra mil?
Bestias que
se visten con lino pulcro y blanco
y se hacen
llamar nuevos redentores
Por eso
permanezco sentado en la oscuridad de la otra cara de la fría soledad
Allí no hay
una bestia que quiera algo de mi
Allí hay un trébol,
una rosa, y cuando quiero enciendo un Sol
Cuando quiero,
lloro para llenar de invierno mi estación
Allí solo
están las cicatrices de mi corazón
Sanando,
sanando
Sonriendo,
sonriendo
No hay
reglas que romper
No hay
crimen que cometer
Ni calles de
las que hay que cuidarse
Pero sí, un
rostro blanco y negro
Un Universo
a full color,
la fachada
que debe ser,
para los otros,
para las
bestias del corazón
Juan Csernath
2.feb.2013
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