Vida mezquina

Hay sueños de luces y estrellas oscuras

que se posan como aves

sobre el alma en la noche,

mientras duerme tú te pierdes

y no hay lucero guía

que te indique la salida

de tus aterradoras pesadillas.

Negros callejones encerrados en almohadones.

Graznidos de mil cuervos repitiendo lúgubres oraciones

contando que tu vida tuvo mal comienzo, tu final una oscura salida.

Una mano de hueso escribe tu obituario;

palabras de tinta muerta, sangre en una cruz olvidada.

Sobre el camposanto de tus días ya pasados,

sin amigos, sin flores, sin un llanto por tu partida,

no hay órficos trajes negros, ni caballos azabaches ni carrozas,

no hay quien cargue tu féretro, ni fantasma que coloque flor sobre tu tumba.



Son tus negros sueños los que la soledad cultiva.

Has quedado encerrado en tu propio cuarto,

tu mente mezquina, tu codo malgastado

apoyado sobre tus monedas bien guardadas,

atesoradas para nada porque el tiempo sabrá gastarlas

y ni un par podrás tener para tus ojos

y pasar del mundo de los vivos al infierno de los muertos.



De tus pesadillas eres reo, de tus malos actos tu propio verdugo.

Eres hacha, eres horca, eres silla eléctrica.

Eres tu mala sentencia, eres tu cuervo negro.

Eres una pluma suelta en la puerta de tu Hades.

Eres un pico roto que ya no graznará.

Eres un demonio apresado en un tridente.

Eres leña de caldero donde siempre hervirás;

solitario, tumba descuidada, que ni un mal cuervo, allí, se posará.



original de janos65 – juan csernath

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