Helena Mona Lisa

Que te bauticen Helena,
como el silencio te nombra en sus rincones
Que el vino que no pueden beberse los hombres en tu nombre
calme tu belleza cegadora,
la que incinera palabras atrapadas en redes de pescadores

Troya de nuevo es una pira que se levanta lamiendo estrellas y sueños,
sus antiguas murallas susurran noches narrando historias
Dos pájaros de fuego volando a través de mis oscuros ojos
observan como acampan leones a los pies de tus blancos muros

Un ídolo de madera cabalga hasta tu lengua
y perecen en ella lanzas traicioneras
¿Cuántos reinos se han perdido por tan solo besar una blanca mejilla?

Hay causas perdidas e incautos que sucumben ante seducciones femeninas
Hay una distancia de mil años entre la joven Mona Lisa y el maduro centinela
que se detiene a observar vitrinas donde su mano no alcanza su imaginaria Helena,
sin embargo espera que el Paris en él muerda otra vez el anzuelo

La falta de cordura es el alimento del tonto bufón
que lo induce, sin duda, a robar las muñecas de porcelana
Romperá el cristal del escaparate y en un saco guardará las pequeñas fantasías,
trozos de ilusiones que rasguñan la piel,
uñas como espadas de minina consentida
ronroneo transformado en rugido de tormenta
que estremece los cuerpos de los abatidos caballeros

¿Quién llegará hasta lo alto del muro?
¿Quién exhalará su último aliento sobre la blanca pena?
Está el centinela observando la pálida vitrina como una nube lejana que jamás llega

Tierras solitarias donde solo se desea la caricia de su belleza,
la misma que provoca tempestades de mentiras,
el calor subiendo por la piernas de azules cielos
y un rubor que esconde la picardía de su aire de princesa

¡Qué se pierda Troya, que Paris no insista!
Que el maduro centinela baje su lanza,
¿para qué luchar en un mar
donde ni los peces pueden nadar?

¿Para qué ahogarse en un remolino de manos frías?
¿Para qué caer de un acantilado empujado por el viento de candorosas palabras?

Suaves labios como anzuelo
tiernas mejillas como señuelos
fantástica sonrisa que coquetea frente a un espejo
iris que  toma vida, piensas, a mí me mira,
pero el espejismo es una falsa caricia
cuando existen mil años de diferencia
entre una sirena de porcelana
y un soñador con arrugas mostrando las costuras

Puedo ver en tu faz a Mona Lisa inexpresiva
tentando mi mano, quiero dar un paso en falso
representar el papel en el teatro de los tontos y mal queridos

¿Para qué sufrir lo que perdiste a los quince?
¿Para qué parecer adolescente a los cincuenta y cinco?

Puedo ver un poema escribiéndose en tu piel desnuda,
una pluma colocando acentos en las suaves motas de algodón de tu pecho
donde mil rostro se han hundido
¡Oasis donde han perecido mil vidas!

En un cerrar y abrir de ojos aparecen susicidas kamikaze
e iluminan la belleza con pensamientos de aserrín
ardiendo entre carbones,
suspirando para tornarse intensamente rojos

Chisporroteando y mirando la tarde con botones pegados en cruz,
agujas cosiendo mis labios para no mentirme nunca más
y dejar escapar del alma a Helena Mona Lisa


Juan Csernath
22.marzo.2013

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