Rasgando costillas

Cuántas veces te han rasgado las costillas

como si fueran una buena guitarra.

Cuántas veces te han dado toques en el pecho

como si fuera un tensado tambor.

Entonces puedes sentirte ciego, sin ver el dolor,

gritarle a alguien que has tenido unas notas

muy incrustadas en tu piel,

que no hay bastón que guíe tu ceguera.

Que no has sabido cantar y no te puedes expresar.

Que siguen pegadas a ti las costras de la duda

creciendo, comiéndote, sellando mentiras.

Entonces sientes que te soplan las cuencas de los ojos

y vives lo que una trompeta le dice al aire,

sabes aún que no tienes escape de tu piel.

Que el dolor sigue sonando debajo de las uñas,

rasgando costillas, arrasando calles,

arrojándote a un callejón de escombros olvidados

porque no has sabido cantarle a la vida

y la vida no te ha devuelto el laurel del triunfo.



original de janos65 – juna csernath

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