Club de almas abandonadas

Detente un minuto a mirar la vida de la gente
¿Puedes saborear la soledad que los abraza?
Verlos caminar entre millones de pasos desolados
sin mirarse a los ojos, hablar sin conversar.
Escuchan sólo la negra luz de la angustia
contando una a una todas sus penas,
el gentil sonido de una gota al expresarse.

¿Puedes mirar las líneas de vida en las manos?
Observa personas dirigirse a un callejón
reunirse para platicar con palomas en la plaza.
Juntarse para rememorar onomásticos de los hijos,
y los hijos ya no recuerdan que fueron niños
piensan que nunca vinieron de una corta noche,
que jamás se gestaron en un intenso fuego.

Puedes mirar a tanta gente sin descubrir sus ojos
verlos yacer sobre un verde jardín de soledad,
escucharlos platicar con el reflejo de su presente,
verlos llorar preguntando por toda esa gente que ya no está,
los que alguna vez los acompañaron dando verdaderos pasos,
escuchando sus  lenguas ansiosas,
vibrando con sus ideas temerosas.
Algunos se olvidaron que tuvieron hijos,
y los hijos olvidaron que tuvieron padres.

Puedes mirar la vida de la gente,
descubrir un lago donde los peces perdieron sus escamas.
Puedes sentir que los ojos ya son satélites.
Un mundo de gente que ha dejado de apreciar
las palabras rebotando contra las mejillas,
los besos humedeciendo arrugas de humanidad,
manos sosteniendo la flamas de sus velas,
oraciones rogando pan para ellos.

Puedes mirar la vida de la gente
y descubrir que pertenecen a la bruma de soledad,
que provienen del protón del ermitaño,
del átomo del lobo solitario,
del club de almas abandonadas.

original de janos65
(Juan Cserntah)

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