la capucha negra, huesos y la hoz

Por qué siempre las canciones tristes se escuchan en una radio de una casa lejana cuando sopla el viento en las tardes lánguidas, sacudiendo ventanas contra el marco de metal, viejo y oxidado. Sucede entonces que alguien muere sin aviso. Muere sin quererlo ni esperarlo, porque a veces la muerte se espera, a veces la muerte se anuncia para decirte que dentro de poco te llega la esquela.

También la muerte se acuesta contigo, sin tu invitación, y te arrulla para hundirte en un sueño profundo. Justo cuando una sonrisa se dibuja en el rostro de tu sueño la mano de huesos hunde sus puñales en el pecho y detiene de ipso facto el lindo guión onírico, y de paso, se lleva tu vida.

Pero en ocasiones, y pasa muy seguido, la muerte tiene un cliente que no estaba en su lista. Es un bono extra para la silueta de huesos, hoz y capucha negra. Pero de repente como esas tardes frías que también cambian, ya no sopla el viento y alguien en aquella casa lejana cambia de emisora para escuchar algo más alegre, late de nuevo el corazón del sorprendido por la muerte. Vuelve del túnel de luz y exhala el mal sabor del mundo oscuro para aspirar el aire de los vivos. No sabe si sonreír o rogar que la silueta de huesos, hoz y capucha negra venga de nuevo a llevarse su alma al mundo de los no vivos, donde los que se fueron esperan para decirte
- Tonto, acá siempre se escuchan canciones tristes en tardes frías azotadas por ventiscas.

Y mientras tanto, como ha sucedido durante miles de años, la capucha negra que cubre los huesos sigue afilando su hoz buscando un bono, un alma extra que no esté en su lista, que enriquezca su cuenta de vivos, de esos tontos humanos que no aprecian la vida.

original de Janos65
mini relato - micro cuento

Comentarios

vanessa csernath ha dicho que…
O.o que oscuro...

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