TRÉBOL NEGRO

Ya no siento, ya no estoy en mi estuche
Acaso sobrevino un error, es la excusa que puedo ofrecer
No hay buenos lunes,
menos grandes miércoles
Dónde se encuentra el relleno para la vida
En que tienda puedo comprar
corazones de madera y una cajita de teca
para resguardar de la mano del tiempo nuestros recuerdos
Con ellos embutiré algún día el traje de mi yo humano
No hay huesos que me hagan rígido como un Roble
No hay oxígeno entrando a través de las hojas perennes de mis pulmones
Los ojos no recogen ni proyectan luces de esperanzas,
ni captan alguna imagen de la realidad

Ya no soy parte del estuche
La energía fluye y escapa por los pies buscando la ruta al Hades
Dónde está el alma que ocupa este cuerpo
Dónde están los pensamientos que llenan el almacén llamado cerebro
No hay una cadena de huesos en mis manos
No puedo tomarte con ellas
No hay fémur ni rótula
No puedo alcanzarte en una carrera,
pero sí con mi alma
porque el limbo es el vacío inmortal
que le permite ser veloz, atemporal

Ya no siento
En mis sueños eres estandarte erguido
en el campo de nubes manchadas de escarlata
Hay costras amargas del pasado irrecuperable
pegadas al escudo que protege mi pecho contra la lanza de Longino,
pero no de la espada artera que se clava en mi espalda
Traición, revoloteo de moscas impertinentes
Sacrificarse y empapar la camisa con máculas carmesí,
¿para qué?,
¡Tú elegiste ser trébol negro que alegre corazón!

Ya no me siento en esta tierra
Soy ligero como diente de león
Los albores del día acompañan el carromato de mi partida
Tú, un solitario trébol negro a punto de marchitarse
adornando la sien del viejo emperador
Serás pisoteada por el caballo que transportar tu pasado
abrumada por tu presente,
ignorada por tu futuro

Ya no me siento en esta tierra
Soy ligero como diente de léon
¡Tú¡, un olvidado trébol negro
cuando pudiste ser alegre corazón

Juan Csernath
28 de junio 2012

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