Recién te enteras

Recién te enteras



Recién te enteras que eres humano,

que te duelen los huesos y tu piel se tapiza de arrugas.

Recién sales de tu cascarón materno y partes la vida con un grito.

Y ese grito rebota dentro de ti, sin poder salir, solo es un eco de tus ganas.

Recién sabes que al otro lado de tu cama duerme una chica

y esa chica es la que besa tu boca reseca y humedece tu lengua sin palabras.

Que más allá duerme un chuiquillo, un pequeño que ha copiado tu rostro

y que te dona la alegría y las ganas de poner los pies en el suelo frío.

Recién te enteras que has sido un pordiosero, hurgando sobras de cariño

en miradas furtivas, en dedos gentiles, en perfumados cuerpos.

Recién te enteras que eres humano,

un estúpido humano que cree saberlo todo y no tiene que saber nada.

Que al girar la cabeza hay unos ojos escondidos esperando despertar

y unos labios tiernos y una lengua fresca y un cuerpo abandonado.

Recién te enteras que eres humano,

que coleccionas tonterías en la cajita de tus recuerdos.

Los acomodas y los apilas para que se vean ordenados,

para que luzcan correctamente y no te digan que tonto eres.

Recién te enteras que eres humano

Y te das cuenta que has desperdiciado años de sonrisas

por seguir torciendo el cuello para mirar al pasado.

Y qué has encontrado en los recuerdos mal dados,

¿algo?, ¿nada? ¿Una satisfacción de revancha?

Solo tú sabes si te has topado con la sombra espesa

que te ha arrinconado en tu cabeza o si has superado las penumbras de tus tristezas

Recién te enteras que eres humano

Y tú sabrás si has lanzado semillas para crear discordias y desdichas.

Y si eso te alegra, o si eso recompensa todos los años marchitos,

todos tus días dedicados a cultivar corazones que no crecieron.

Recién te enteras que eres humano,

y observas que en las calles hay demasiada gente soñando,

caminando entre los autos y lanzando esperanzas al aire,

haciendo malabares para que personas como tú le dediquen una mirada

o saquen de su avaro bolsillo una moneda sin brillo.

Recién te enteras que eres humano

y te informas que en los diarios hay más penas que buenas noticias.

Y si eso te nutre o no, si eso te importa o no, es lo que puede hacer de ti un mejor ser humano.

Recién te enteras que eres humano

y descubres que en tu patio hay un dictador quemando tu grano.

Te arranca la lengua y esparce tus sesos para que no te enteres que eres esclavo,

y si eso no te importa, si la libertad no son hermosas letras

entonces renuncia a ser un humano.

Recién te enteras que puedes caminar pero no das ni dos pasos.

Todo te pesa, todo te hastía, todo te aburre.

El sol es una molestia y tu madre es una pereza.

Tus hermanos son mala hierba, tu perro ladra demasiado.

Recién te enteras que tu apellido viene contigo, tiene pasado

y que tu nombre honra a alguien más de tu familia.

Que tus ojos se parecen a los de tu bisabuelo, que tus canas tienen secretos,

que tú no eres perfecto y eso es muy bueno, reconocer en ti lo imperfecto.

Recién te enteras que eres humano

y yo te pregunto, ¿eso qué tiene de malo?



original de janos65 – juan csernath

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Me encantó este poema, me recordó a Bukowsky por el realismo y el tono un poco cínico, un poco insolente. Sin duda es uno de mis favoritos, abrazos!

Entradas populares