No te acuestes en la casa del perro

No te acuestes en la casa del perro

porque terminarás revolcado en sus suciedades.

No persigas sus pulgas ni te rasques las ronchas

no sea que salpiques de sangre a los que ríen tu locura.

Deja de lamentarte, no aúlles ni corras con los perros,

no eres parte de una jauría ni tienes diestras patas para seguirlos.

No llames lechuzas para que se posen en tus noches,

sobre el techo de la casa del perro.

No te acuestes en la casa del perro.

No te cobijes con su cuero ni recojas su pelambre,

tu piel se adhiere a la pátina del piso donde reposa el can

y despide aroma de perro callejero, nadie lo quiere acariciar.

No te pierdas en las calles ni duermas en callejones.

No reclames con ladridos lo que puedes pelear con tu lengua.

No luches por un hueso ya roído, bañado en rabia canina

No te acuestes en la casa del perro,

no sea que fallezcas como uno de ellos,

olvidado en una zanja, panza hinchada a reventar.

No recibas las patadas de los hombres sin corazón,

ni el desprecio ni la lástima de los peatones de los días.

No supliques como un can extraviado ni tornes tus ojos lastimeros

No te acuestes en la casa del perro,

tu humanidad tiene su lugar y el perro su terreno

No escarbes para esconder tus sucios secretos

No entierres los errores pues germinarán

y darán frutos con semillas de viejas calamitosas

que escondidas tras las puertas, no son nada sordas,

repetirán que en tu jardín se ha cometido un crimen atroz.

No te acuestes en la casa del perro

Solo sácalo a pasear con segura cadena

y un bozal para que no muerda tu mano

cuando tengas que darle agua y alimento

no sea que tu propio perro también sea tu peor sueño

y al final termine siendo el amo, y tú, la casa del perro.

original de janos65 - juan csernath