La pared


 La pared

Soy parte de la pared
me escurro en espacios pequeños
entre caminos que son grietas oscuras
donde el cielo es del color del ladrillo
y el sol es un fósforo encendido frotado contra el muro.
El agua siempre cae en cascadas
como lágrimas interminables de una promesa perdida
y se absorben a través de la porosa piel de cal.
Mejillas de friso humedecidas,
maquilladas con polvo y tierra.
Soy parte de la pared, y no soy nada.
Me miro en ella buscando un nombre.
Tomo un trozo de carboncillo y plasmo una letra.
Es la inicial de la nada y no termina en una palabra.
Sólo es una raya, un punto de inicio, una idea inacabada.
Soy parte de la pared.
Soy una ceguera blanca.
Un muro calcinado y maltratado.
Una dama de piedra esperando ser ultrajada,
un pie usurpando lo blanco,
una espalda contra el muro sudando,
gotas de sangre salpicando la noche.
Allí ha muerto alguien y la pared ha bebido su vida.
Se ha llevado la sombra de un hombre bajo sus ladrillos
y como la vida, sigue en las mandíbulas de una hormiga,
en esa pared no hay testigos
en consecuencia no ha pasado nada
y la vida se pierde en la mandíbula de una hormiga
que también es parte de la pared,
y mi piel, ahora, es parte de su nada.

original de janos65 – juan csernath


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