Hay días
Hay días en que el alma se quema
convirtiéndose en ardiente carboncillo,
restos de tus sobrevivientes sueños,
brasas huyendo con demasiada prisa hacia
el cielo
Hay días en que la lengua es más
amarga
y tu hombro derriba al prójimo que
hacia ti avanza
sin importar si posee rostro de
dama
Hay días en que el aire te falta
la tristeza toma sus maletas y se
te instala
se sienta con sus posaderas sucias
sobre tu alma
y aplasta la sección donde guardas a los que te aman
Hay días azules y oscuros
fríos y nebulosos
todos parecen llenos de vida
pero en tu lar interior suena una
sinfonía amarga
Hay mujeres con caras de santas
y hombres con apariencias honradas
que en la primera oportunidad
traicionan a su propia sangre
y lavan por pocas monedas sus
faltas
Hay millones de diferencias que se
pueden ver
pero nadie puede llegar a tu núcleo
nadie puede poner un pie en lo más
profundo
¿Has expulsado de tu pecho a tu
corazón?
¿Lo has arrojado al piso y obligado
a caminar?
¿Has bajado al escalón de las
lágrimas?
¿Te has sentado con las almas
derrotadas?
¿Le has preguntado por qué tanta
miseria humana?
Hay días brillantes y claros
calurosos y sudorosos
llenos de vida y polen
pero en el suelo hay millones de
insectos
muriendo por asfixia y descuidados
pisotones
Hay días en que el alma se quema
convirtiéndose en ardiente carboncillo,
restos de tus sobrevivientes sueños,
brasas huyendo con demasiada prisa hacia
el cielo
Hay días en que la lengua es más
amarga
y tu mano una filosa daga
que ataca a quien hacia ti avanza
Hay días en que el aire te falta
la tristeza toma sus maletas y se
te instala
se sienta con sus posaderas sucias
sobre tu alma
y aplasta la sección donde guardas
a los que te aman
Hay días con panfletos suicidas
escribiéndose en tu espalda
letras al relieve que rasgan la
piel y la hieren
recuerdos de demasiadas lágrimas
derramadas por nada
Hay días en que el grito se acalla
y en tu cabeza todas las voces
estallan
Hay días muy lindos para morir
y dejar de sufrir por cosas
mundanas
Hay días en que el alma se quema
convirtiéndose en ardiente carboncillo,
restos de tus sobrevivientes sueños,
brasas huyendo con demasiada prisa hacia
el cielo
Juan Csernath
9.agosto.2013
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