Acaso eres la muerte


Cuando tu cuerpo se recuesta
y se arrebuja en el lecho del misterio
el brazo huesudo de la duda te abraza,
te visita un entierro
con cantos pretos, con un fiel perro
que se echa al pie de tu lecho
Te aferras al suspenso
mientras tu cuerpo sufre
los rigores de interminables dolores
Viene a tu mente un manto oscuro
Nubarrones de temores
Sientes el tañido en tus huesos
y te preguntas:
¿Eres tú acaso la que llamas a la puerta de acero de mi pecho?
¿Eres tú acaso la que me visita sin llamado ni invitación?
¿Eres tú acaso la que se ufana de llamarse la negra conclusión?

Cuando tu cuerpo yace inerte
se recuesta sin oponerse
junto al susurro seductor del misterio,
la duda abraza cada uno de tus nervios
y los anuda para reproducir un mensaje del infierno
La noche sabe cantar oscuros versos
El frío azul pálido se echa a tus pies
como un perro fiel,
mientras tanto tu vida sufre los rigores
de interminables dolores
Tu mente se nubla con un manto oscuro
Nubarrones de temores
anuncian la cercanía de la mano de hierro,
Sientes el tañido en tus huesos
y te preguntas:
¿Eres tú acaso la que llamas a la puerta de acero de mi pecho?
¿Eres tú acaso la que entra en mi habitación sin invitación?
¿Eres tú acaso la que se presume la oscura visión,
la que se jacta de llamarse, y se presenta ante todos, como la muerte?

Juan Csernath
11.12.2012

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