La grieta

En esta grieta calzo a la perfección

Me deslizo entre las cicatrices del friso

Soy áspero como el cemento y seco como la arena amarilla

que se desprende y cae hacia las oscuras fosas de mi nariz

Estoy arrebujado en mi propia cabeza

Desde mi posición singular puedo verte descansar

Puedo verte atrapada en tu espiral,

caracoleando

Lees poemas de amor y lloras,

pero no por quien ha creado tu concha de nácar

Te lamentas por ti, porque al dejar caer tu mano a un lado de tu vida

no encuentras la sombra de colores del ayer

En esta grieta yazco en particular posición

Caprichosas contorsiones castigan mi cuerpo

Mis músculos son dobleces de papel

Atrapado y maniatado

sin esposas,

sin amarras

duermo perennemente en esta hendidura alargada como una lombriz

Es mi balcón privado de dolor

Es mi cañón que se abre paso en mi lengua

Es mi teatro sin silla ni acomodo,

sin entrada,

sin invitación

¿Por qué no cierras la grieta,

por qué sigues colocando en ella semillas de amor?

Desde la grieta puedo ver el cielo que yace a tus pies

Guardo en el túnel de mi tímpano

los falsos sonidos de amor de tu habitación

Los transcribo sobre piedras con lápiz de cal

Los rastros de mi esfuerzo hacen mella sobre mi sucia piel

Guarda por mi todos los escritos para la revisión final

Para exponer mi caso con toda seriedad,

para defender mi estado separatista de soledad

Seguramente tendré que argumentar

por qué tantos cuervos graznaban negros suspiros e invadían mis pulmones

Señor, conoces todo lo acontecido de primera mano

pero aún así hay que preservar pruebas para la defensa en la otra vida

y como evidencia abriré mi saco repleto de plumas negras

Continúo en la grieta observando como transcurren tus días

Testigo de tu tristeza, de tus conversaciones con tu reflejo

Aquí escucho todo y escribo letra por letra sobre tus insípidos días

En esta grieta calzo a la perfección

Me escurro entre las cicatrices del friso

Soy áspero como el cemento y seco como la arena amarilla

que se desprende y cae hacia las oscuras fosas de mi nariz

Juan Csernath

19 de septiembre 2012