Fuimos faroles olvidados
El rechazo es como
un millón de manos aplastándote
Un exquisito puré
de corazones rojos
Pies haciendo vino
de sus jugos
¿Quién se bebé el
rechazo doloroso de buena gana?
Se necesita tomar demasiada
sangre y alcohol para olvidar los días no vividos,
los sueños no
logrados,
las sonrisas que
nos borraron
Mucho vino de
corazones rojos aplastados
se desperdiciaba
de mala gana por las comisuras de nuestros labios
Sentirse como un
farol olvidado
decolorándose bajo
la mirada del sol
con la ayuda de la
inmensidad y sus lágrimas
De un árbol caían
corazones rojos,
frutos no deseados
pudriéndose al pie
atornillado del farol echo a un lado
Briznas rubias eran
tejidas para crear un nido de protección,
un espacio
solitario,
un confinamiento
voluntario
y tú, ¿dónde
estabas para darme luz y calor?
¿Dónde los otros
dedos de mis manos?
¿Dónde la voz de
sirena para hacerme fuerte y acorazado?
Comimos mucho puré
de corazones rojos,
bebimos vino hecho
con otros pies
y nos arrojaron al
suelo sucio donde yacían los olvidados
¿Y qué?
Somos fuertes
brazos con errores del pasado
Dentro, donde
corre nuestra savia, guardamos nuestros malos secretos,
a pesar de ello,
de nuestras ramas nacieron buenos frutos
y sus semillas
germinaron con perfectas sonrisas
sin sufrir las
penurias del farol olvidado,
aquel poste de
nuestra calle echo a un lado
Hoy, después de
tantos años,
todos la hemos
abandonado
Hemos derrotado a
los que nos robaron
los días, ya muy
lejanos, de los faroles olvidados
Juan Csernath
22.agosto.2013
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