Acecho
Me desplazo en un espacio amplio,
alrededor todo se mueve,
haces de luces penetran la bruma
que abraza al amanecer.
Mariposas mañaneras
revolotean en la espesura de la maleza,
colorean el tupido bosque negro,
guarida de lobos.
El lobo resopla,
vacía sus fosas de viejos rastros.
Se acerca, dientes filosos,
su hocico alargado, olfato agudo.
Oído afinado, patas de garfio
se entierran en el barro
tras el aroma de la piel
recién bañada,
perfumada con flores,
lo seduce como a una mosca,
su larga lengua relame el dulce
que se ofrece como tierno trofeo.
En su estómago,
el rugido del hambre
se repite entre sus fauces,
se hace eco de su apetito;
busca cena, busca aire.
Es el lobo o mi espacio.
Y en su espacio estoy atrapado
dando palos de ciego
mirando al cielo,
en busca de una salida
entre tanto tronco grueso.
Entre tanto arbusto.
Entre árboles que acarician nubes.
Es una jaula de natura.
Es una trampa de la fiera.
Acecha detrás de mi cabeza.
Respira en el pabellón de mi oído
¡Súbitamente salta!
Volteo a mirarle,
un mar de dientes se abalanza,
una mano de la nada se extiende
y me arranca del sueño de la muerte.
original de Janos65
alrededor todo se mueve,
haces de luces penetran la bruma
que abraza al amanecer.
Mariposas mañaneras
revolotean en la espesura de la maleza,
colorean el tupido bosque negro,
guarida de lobos.
El lobo resopla,
vacía sus fosas de viejos rastros.
Se acerca, dientes filosos,
su hocico alargado, olfato agudo.
Oído afinado, patas de garfio
se entierran en el barro
tras el aroma de la piel
recién bañada,
perfumada con flores,
lo seduce como a una mosca,
su larga lengua relame el dulce
que se ofrece como tierno trofeo.
En su estómago,
el rugido del hambre
se repite entre sus fauces,
se hace eco de su apetito;
busca cena, busca aire.
Es el lobo o mi espacio.
Y en su espacio estoy atrapado
dando palos de ciego
mirando al cielo,
en busca de una salida
entre tanto tronco grueso.
Entre tanto arbusto.
Entre árboles que acarician nubes.
Es una jaula de natura.
Es una trampa de la fiera.
Acecha detrás de mi cabeza.
Respira en el pabellón de mi oído
¡Súbitamente salta!
Volteo a mirarle,
un mar de dientes se abalanza,
una mano de la nada se extiende
y me arranca del sueño de la muerte.
original de Janos65
Comentarios